Último mes en Asia, Siem Reap, Cambodia
Salía de Phuket el día 9 de marzo y tenía una escala en Bangkok antes de llegar a Siem Reap, Cambodia. Este fue el itinerario:
- Phuket (HKT) 6:45 am ✈ Bangkok (DMK) 8:10 am
- Bangkok (DMK) 2:50 pm ✈ Siem Reap (REP) 3:45 pm
Los vuelos en orden, llegaba a Siem Reap el día 9 de marzo de 2015 a las 3:45 pm. Sin embargo, me esperaba cerca de 1 hora y media de idas y venidas para arreglar los papeles de inmigración en el aeropuerto de Siem Reap.
Nada más llegar llama mucho la atención la parsimonia del personal del aeropuerto. Una mesa de recepción bajo el cartel de “Prohibido fotos” con 6 trabajadores: 2 de ellos durmiendo la mona, 1 viendo videos en YouTube y otro jugando al Candy Crush.
Mientras tanto una cola de unas 100 personas esperando para sacarse el visado. Os podéis hacer una idea lo rápido que iba aquello con las 2 personas restantes que quedaban para realizar el trabajo.
No obstante, fui previsor y en Bangkok saqué la E-Visa a través de la aplicación oficial del gobierno de Cambodia. Así que iluso de mí, fui directamente al control de inmigración con la intención de evitar la enorme cola para obtener el visado on arrival. Presento mi móvil con el recibo del visado y tras comprobarlo, me dicen que no tienen constancia.
A partir de aquí empezó mi primera aventura en Cambodia. Os podéis imaginar entre ronquidos, videos de YouTube, sonidos del Candy Crush y gente que no tiene ni papa de inglés, lo que me costó entrar en el país. Acabé comiéndome toda la cola y pagando el visado de nuevo pero esta vez más caro por no tener dólares ni riels (el visado cuesta $30, pagué 50€ y me devolvieron $20). Por lo visto el E-Visa necesita 24 horas para validarlo y tienes que llevarlo impreso.
Por fin en Cambodia y siguiendo con el ritual de siempre, saqué unos pocos riels para pagar el taxi del aeropuerto al centro ($7) y comprar una tarjeta SIM de Metfone ($5 por 2GB).
Llegada a la guesthouse
20 minutos después llegaba a la Advisor Angkor Villa guesthouse por la cual pagué $6 por noche. La habitación tenía ventilador, televisión, cuarto de baño privado con ducha de agua fría y Wi-Fi. El desayuno también estaba incluido (tostadas, huevos, arroz, café o té).
Como veis en la foto, la habitación no era gran cosa pero suficiente para dormir y asearse. Lo peor de todo fue no tener aire acondicionado ya que la humedad y el calor en esa época del año (de marzo a junio) a duras penas baja de los 30 grados a la noche y ronda los 40 durante el día, por lo que os podéis imaginar que el tener una ducha de agua fría no fue ningún problema.
El coworking
El mismo día que llegué a Siem Reap fui a visitar el coworking desde el cual pensaba trabajar y que tan sólo estaba a 10 minutos andando de la guesthouse.
El coworking AngkorHub se encontraba en un local de tránsito ya que estaban remodelando el negocio en lo que podéis ver a día de hoy en su nueva Web.
La hospitalidad de su fundador @jflaflamme fue estupenda. Enseguida me informó de las limitaciones del espacio temporal que tenían y me comentó sus planes futuros. No dudó en enseñarme la ciudad, contarme sus peculiaridades y presentarme a amigos suyos. La relación durante mis 3 semanas de estancia en Siem Reap fue muy buena y pude aportar algunas opiniones de las nuevas ubicaciones del coworking. Me alegra ver que se han mantenido algunas de las conclusiones que sacamos.
Proyectos
Durante la primera quincena del mes tocaba cerrar el proyecto de Seattle que había conseguido a través de la plataforma de oDesk o ahora llamada Upwork.
Si algo no me había gustado de esta plataforma era que suponía demasiado esfuerzo conseguir un proyecto que tan solo iba a durar un par de semanas o 1 mes en la mayoría de los casos. Además, en la mayoría de ocasiones trabajas sin el apoyo de un equipo y no se busca calidad sino rapidez, por lo que normalmente no se valora tu trabajo.
Durante ese periodo estuve buscando proyectos fuera de la plataforma de más largo plazo donde la cultura de empresa estuviera lo más alineada posible con la mía, donde los retos fueran interesantes y donde tener un equipo serio y comprometido del que aprender y compartir conocimiento.
Así es como di con SocialBro una empresa que parecía cumplir con lo que buscaba y de la cual tenía buenas referencias. Y la verdad que así fue y así continúa a día de hoy.
Empecé a trabajar desde Siem Reap en un timezone de +7 respecto al horario de España lo que no supuso ningún problema gracias a un workflow muy bien definido y al compromiso del equipo.
Visita de la ciudad y templos
Aunque durante mis semanas en Siem Reap tenía la cabeza centrada en el trabajo y en mi vuelta a España (por motivos familiares y por trabajo), aproveché algunas mañanas y los fines de semana para visitar lo poco que tiene esta ciudad.
La mayor parte de la actividad se concentraba en un radio de 2 kilómetros, a partir de ahí, llama mucho la atención la pobreza que tiene este país. Las chabolas de madera y los niños bañándose en el río es de lo más habitual.
Otra cosa que me chocó mucho es que es un país que no tiene plantas eléctricas por lo que importan la electricidad de Tailandia. Así es que, ver generadores de este tipo por la calle es de lo más común.
El mayor atractivo de esta ciudad son los templos que tiene a las afueras y sin duda, si un día aterrizáis en Siem Reap os recomiendo que los veáis.
Mi plan para ello fue alquilar una bici y levantarme a las 5:30 am para ir a verlos. La verdad que los casi 40 kilómetros que me hice merecieron mucho la pena.
Más allá de esto no hice mucha actividad salvo darme alguna vuelta por los mercados nocturnos los cuales estaban plagados de ropa.
Conclusiones
El calor, la pobreza y la falta de actividad hicieron que no me vaya con muy buen sabor de boca de esta ciudad.
Fue complicado lidiar con el calor si no era metiéndote en algún restaurante, cafeteria, tienda o cualquier otro tipo de local con aire acondicionado. Durante las noches intentaba lidiar el calor con varias duchas de agua fría y el ventilador. Tal vez fue un error viajar a Siem Reap en esta época del año, y más, coger una habitación sin aire acondicionado.
La pobreza también fue algo con lo que me costó vivir y más cuando no puedes ayudar libremente debido a la corrupción policial y las mafias organizadas que se intentan aprovechar de los turistas.
Por último, no es una ciudad que tenga mucha actividad. La mayoría de la gente está de paso para visitar un poco el centro y los templos. En cuanto a la mayoría de gente local, no tienen ninguna aspiración aunque si pude conocer a unos cuantos con muchas ganas de hacer cosas. La verdad que la labor que está haciendo @jflaflamme en este aspecto es muy buena, intentando conectar turistas con gente local para intercambiar conocimientos.
Otra ciudad de la que me llevó, en general, buenas experiencias pero que me pensaría dos veces antes de volver.